Magnifica velada de ciclismo a la que hemos asistido este Domingo 27 de Abril.
El día empezó temprano a eso de las 5,30 de la mañana, después de recoger a los compañeros, Pelos y Seco nos dirigimos a la localidad sevillana de Pilas, aterrizamos sobre las 8.30, después de parar en un bar a tomar un cafelillo, empezamos a dar vueltas y mas vueltas, no damos con el lugar donde retirar los dorsales, después de un rato aparece un coche, en su parte trasera hay una pequeña pegatina en la que se puede leer “ciclopilas”, nos llama la atención con sus mano y nos lleva gentilmente a la salida.
Después de aparcar sacamos los dorsales y nos vamos relajadamente empezando a poner el traje de faena y a preparar el material.
Empezamos rápidamente a escuchar rumores, primero que no ha aparecido la benemérita, luego que si la ambulancia estando de camino a tenido que atender un accidente, luego que si la carrera se va a acortar, total que nosotros seguimos con lo nuestro y para las 9,40 ya estamos preparados.
Al final los rumores son ciertos, la carrera que se suponía empezaba a las diez se pospone y se da solo la salida a los veteranos 40, 50 y 60, bueno, como yo digo en estos casos, al mal tiempo buena cara, así que nos vamos a calentar y ver el circuito, que ha priori parece que va a ser muy rápido.
Después de un rato y tras dar dos vueltas, concluye la carrera que nos precede, la gente parece agotada, inmediatamente y sin que entre toda la gente que había salido nos llaman para que nos vayamos colocando en la salida.
Allí el ritual de siempre, mano a la cremallera del maillot, sí, los geles en su sitio, sí, el casco derecho, si, ruedas apretadas, si, crono a cero, sí, las bolas también derechas, sí, en definitiva lo de siempre.
Dan la salida, me santiguo, miro a los míos, ellos me miran, comenzamos a pedalear, y a volar, miro el cuenta y marca 60, que pasada, el rumor de las ruedas impresiona, hay nervios, el olor a zapata quemada en cada frenazo hace que el bello se ponga de punta, las glorietas empiezan a entrar en escena, se oyen gritos, alguno maldice, es increíble como todos y cada uno de nosotros mantenemos la vigilancia de ese el que por momentos es nuestro pequeño espacio de seguridad, el cual no queremos que sea usurpado por nadie.
Me encuentro muy a gusto, empiezan a pasar los kilómetros y me voy gustando, que bien se me da andar en grupo, esta primera vuelta es muy rápida, hay varios intentos de salto, pero para que haya una fuga hay que rodar a velocidades de infarto, pasamos por meta, el repecho se hace duro, tiene unos seiscientos metros y a ese ritmo rompe las piernas, comienza la segunda vuelta, aquí el G. D. Toledano- Jaén Paraíso Interior se empieza a dejar ver, el primero en intentar probar suerte es el “Pelos”, entra en un grupo de escapados pero la escasa colaboración que hay entre ellos hace que la fuga llegue de inmediato a su fin, yo por mi parte voy por el lado derecho de la calzada, viéndolas venir, en eso que ataca un Semar, un Bpack responde al ataque, un Atero, otro Semar y decido que puede ser la buena, me meto a rueda, comienza el juego de las miradas, no queremos dar la cara, los dos Semar se quedan solo en cabeza, me digo a por ellos y en ello que pongo todo lo que hay en mis piernas, cojo rueda, mas miradas, un par de kilómetros después somos engullidos por el pelotón, sigue el juego, las miradas, los arranques, los nervios, los frenazos, ese olor a goma quemada, por la derecha sube el “Seco”, je je, que se preparen, ahora veréis, Dios, joder macho, menuda ostia que suelta el mamonazo, aquello que se enfila de nuevo, que velocidad, pero es imposible aquí no se van ni las motos de la Guardia Civil.
Otro paso por meta, hay mucho publico, la tónica de esta ultima vuelta es la misma de las anteriores, velocidad y ataques, a mitad de esta vuelta me encuentro detrás de unos Atero, en la zona media-delantera del pelotón, de pronto se oye una explosión de un tubular, y a partir de ese momento recuerdo que se forma una gran montonera, yo freno, la bici derrapa y me quedo empotrado contra alguien, me encojo de hombros porque si soy envestido por detrás me desarman como al Mrs. Potato, se oyen gritos, el “Pelos” pasa a mi lado me dice vamos Loco, vamos Loco, Dios mío, el Keo derecho no deja de dar vueltas y no consigo meter la cala de la zapatilla, el grupo se va, por fin, meto cala, bajo todos los piñones y me pongo a bloque hasta que consigo entrar, de la que me he librado, empiezo sin perder la vista en la gente a evaluar daños, la rueda esta echa un ocho, aunque no toca el taco de freno, ahora si que se ha puesto todo el mundo nervioso, hay muchos coches en la cuneta izquierda y nos obligan a cerrarnos a su altura, el peligro es constante, todos queremos estar en cabeza, pero no hay sitio, pienso en esa ultima curva a izquierda y la isleta que hay en el centro, alguno se puede hacer pupita, un empujón, cuerpo con cuerpo, me empujar a la izquierda, mi rueda delantera golpea la bota de otro corredor, mantengo el equilibrio, vamos a sesenta, ultima glorieta, la paso por la izquierda, voy delante, veo la meta hay arriba, esta cerca, toca esa cantidad de lobos buscamos la misma presa, menudas piernas hay que tener para sprintar a sí, no puedo, mi compañero me dice -Alberto abre- dejo paso y le veo que me pasa como un cohete, consigue una buena posición, a mi se me hace largo y en esos últimos metros me dejo llevar por la inercia, el “Seco” entra un poco mas atrás, este no es su terreno.
En definitiva muy contento por la actuación y por no haber caído, las premisas con las que comencé esta temporada se están cumpliendo –diversión- y –no caer-.
Ya con los compañeros nos emplazamos para la próxima cita en Carcabuey (Cordoba).
Un saludo muy especial para mis amigos Rafa (Los Núñez), Diego y Domingo (Bpack) Gustavo (Merka-Penaca) y Manolo (Probike-Jaén), todos participaron tambien en esta bonita prueba.
Un saludo pa toda la aficion.
Alberto Arroyo.
El día empezó temprano a eso de las 5,30 de la mañana, después de recoger a los compañeros, Pelos y Seco nos dirigimos a la localidad sevillana de Pilas, aterrizamos sobre las 8.30, después de parar en un bar a tomar un cafelillo, empezamos a dar vueltas y mas vueltas, no damos con el lugar donde retirar los dorsales, después de un rato aparece un coche, en su parte trasera hay una pequeña pegatina en la que se puede leer “ciclopilas”, nos llama la atención con sus mano y nos lleva gentilmente a la salida.
Después de aparcar sacamos los dorsales y nos vamos relajadamente empezando a poner el traje de faena y a preparar el material.
Empezamos rápidamente a escuchar rumores, primero que no ha aparecido la benemérita, luego que si la ambulancia estando de camino a tenido que atender un accidente, luego que si la carrera se va a acortar, total que nosotros seguimos con lo nuestro y para las 9,40 ya estamos preparados.
Al final los rumores son ciertos, la carrera que se suponía empezaba a las diez se pospone y se da solo la salida a los veteranos 40, 50 y 60, bueno, como yo digo en estos casos, al mal tiempo buena cara, así que nos vamos a calentar y ver el circuito, que ha priori parece que va a ser muy rápido.
Después de un rato y tras dar dos vueltas, concluye la carrera que nos precede, la gente parece agotada, inmediatamente y sin que entre toda la gente que había salido nos llaman para que nos vayamos colocando en la salida.
Allí el ritual de siempre, mano a la cremallera del maillot, sí, los geles en su sitio, sí, el casco derecho, si, ruedas apretadas, si, crono a cero, sí, las bolas también derechas, sí, en definitiva lo de siempre.
Dan la salida, me santiguo, miro a los míos, ellos me miran, comenzamos a pedalear, y a volar, miro el cuenta y marca 60, que pasada, el rumor de las ruedas impresiona, hay nervios, el olor a zapata quemada en cada frenazo hace que el bello se ponga de punta, las glorietas empiezan a entrar en escena, se oyen gritos, alguno maldice, es increíble como todos y cada uno de nosotros mantenemos la vigilancia de ese el que por momentos es nuestro pequeño espacio de seguridad, el cual no queremos que sea usurpado por nadie.
Me encuentro muy a gusto, empiezan a pasar los kilómetros y me voy gustando, que bien se me da andar en grupo, esta primera vuelta es muy rápida, hay varios intentos de salto, pero para que haya una fuga hay que rodar a velocidades de infarto, pasamos por meta, el repecho se hace duro, tiene unos seiscientos metros y a ese ritmo rompe las piernas, comienza la segunda vuelta, aquí el G. D. Toledano- Jaén Paraíso Interior se empieza a dejar ver, el primero en intentar probar suerte es el “Pelos”, entra en un grupo de escapados pero la escasa colaboración que hay entre ellos hace que la fuga llegue de inmediato a su fin, yo por mi parte voy por el lado derecho de la calzada, viéndolas venir, en eso que ataca un Semar, un Bpack responde al ataque, un Atero, otro Semar y decido que puede ser la buena, me meto a rueda, comienza el juego de las miradas, no queremos dar la cara, los dos Semar se quedan solo en cabeza, me digo a por ellos y en ello que pongo todo lo que hay en mis piernas, cojo rueda, mas miradas, un par de kilómetros después somos engullidos por el pelotón, sigue el juego, las miradas, los arranques, los nervios, los frenazos, ese olor a goma quemada, por la derecha sube el “Seco”, je je, que se preparen, ahora veréis, Dios, joder macho, menuda ostia que suelta el mamonazo, aquello que se enfila de nuevo, que velocidad, pero es imposible aquí no se van ni las motos de la Guardia Civil.
Otro paso por meta, hay mucho publico, la tónica de esta ultima vuelta es la misma de las anteriores, velocidad y ataques, a mitad de esta vuelta me encuentro detrás de unos Atero, en la zona media-delantera del pelotón, de pronto se oye una explosión de un tubular, y a partir de ese momento recuerdo que se forma una gran montonera, yo freno, la bici derrapa y me quedo empotrado contra alguien, me encojo de hombros porque si soy envestido por detrás me desarman como al Mrs. Potato, se oyen gritos, el “Pelos” pasa a mi lado me dice vamos Loco, vamos Loco, Dios mío, el Keo derecho no deja de dar vueltas y no consigo meter la cala de la zapatilla, el grupo se va, por fin, meto cala, bajo todos los piñones y me pongo a bloque hasta que consigo entrar, de la que me he librado, empiezo sin perder la vista en la gente a evaluar daños, la rueda esta echa un ocho, aunque no toca el taco de freno, ahora si que se ha puesto todo el mundo nervioso, hay muchos coches en la cuneta izquierda y nos obligan a cerrarnos a su altura, el peligro es constante, todos queremos estar en cabeza, pero no hay sitio, pienso en esa ultima curva a izquierda y la isleta que hay en el centro, alguno se puede hacer pupita, un empujón, cuerpo con cuerpo, me empujar a la izquierda, mi rueda delantera golpea la bota de otro corredor, mantengo el equilibrio, vamos a sesenta, ultima glorieta, la paso por la izquierda, voy delante, veo la meta hay arriba, esta cerca, toca esa cantidad de lobos buscamos la misma presa, menudas piernas hay que tener para sprintar a sí, no puedo, mi compañero me dice -Alberto abre- dejo paso y le veo que me pasa como un cohete, consigue una buena posición, a mi se me hace largo y en esos últimos metros me dejo llevar por la inercia, el “Seco” entra un poco mas atrás, este no es su terreno.
En definitiva muy contento por la actuación y por no haber caído, las premisas con las que comencé esta temporada se están cumpliendo –diversión- y –no caer-.
Ya con los compañeros nos emplazamos para la próxima cita en Carcabuey (Cordoba).
Un saludo muy especial para mis amigos Rafa (Los Núñez), Diego y Domingo (Bpack) Gustavo (Merka-Penaca) y Manolo (Probike-Jaén), todos participaron tambien en esta bonita prueba.
Un saludo pa toda la aficion.
Alberto Arroyo.
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