Entre que anoche nos acostamos tarde y que las horas de sueño han pasaron muy deprisa, esta mañana me he levantado con muy pocas ganas de bicicleta, sabía que iba a ser un día duro y no me apetecía para nada sufrir.
A las 9 de la mañana hemos salido Jurado, Fonta y Juanjo desde Priego de Córdoba para hacer una ruta larga que alguno decía que era llana, y yo digo que –una polla como una olla-, casi 2700 metros de desnivel no es precisamente una ruta llana. El caso es que tras abandonarnos Juanjo cerca de Baena, hemos continuado hasta Valenzuela y subido a Porcuna, sin parar, al mas puro estilo jaenero, hemos comido en lo alto de la bici por el falso llano que nos codicia a Torredonjimeno, al pasar por Martos ha comenzado a llover, con cuarenta kilómetros que nos faltaban podéis imaginar como no hemos puesto, el gordo nos ha tocado en la bajada a El Cañuelo y después hasta Priego, -tiene cojones-, dos meses sin llover y para un día que hago fondo del bueno me pilla, -que suerte la mía-.
La ducha calentita, después de las casi cinco horas, ha sido la mejor recompensa de esta jornada maratoniana, en la que me he sentido muy bien, he llegado un poco mauro al final, pero es que han sido ocho horas de bicicleta en menos de 24 horas, -no esta nada mal-.
A las 9 de la mañana hemos salido Jurado, Fonta y Juanjo desde Priego de Córdoba para hacer una ruta larga que alguno decía que era llana, y yo digo que –una polla como una olla-, casi 2700 metros de desnivel no es precisamente una ruta llana. El caso es que tras abandonarnos Juanjo cerca de Baena, hemos continuado hasta Valenzuela y subido a Porcuna, sin parar, al mas puro estilo jaenero, hemos comido en lo alto de la bici por el falso llano que nos codicia a Torredonjimeno, al pasar por Martos ha comenzado a llover, con cuarenta kilómetros que nos faltaban podéis imaginar como no hemos puesto, el gordo nos ha tocado en la bajada a El Cañuelo y después hasta Priego, -tiene cojones-, dos meses sin llover y para un día que hago fondo del bueno me pilla, -que suerte la mía-.
La ducha calentita, después de las casi cinco horas, ha sido la mejor recompensa de esta jornada maratoniana, en la que me he sentido muy bien, he llegado un poco mauro al final, pero es que han sido ocho horas de bicicleta en menos de 24 horas, -no esta nada mal-.
La semana que mañana comienza lo hace con carrera, la de la Noche de San Antón, mi decimoséptima participación, tengo fatiga, pero espero recuperarme bien para mañana y ver si soy capaz de acercarme a los 4 minutos el kilómetro, será difícil, pero habrá que intentarlo. El tiempo se presenta frió, por lo que habrá que tener el rodillo bien preparado, así que el entrenamiento lo planifico con el, si luego se puede hacer un entreno nocturno mejor que mejor:
Lunes, Carrera Noche San Antón
Martes, Descanso
Miércoles, 2 hr. rodillo
Jueves, 90´ rodillo
Viernes, 80´ rodillo
Sábado, 3 hr. carretera
Domingo, 4 hr. fondo carretera
Hasta mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario