Lo del roscon para que queréis que os lo cuente, ahora como castigo me queda una semana a base de pan y agua, es lo que tiene este tortuoso deporte que nos gusta, que si cometes la calamidad “jalarte” un roscon tu solo, no te queda otra mas que rodillo, rodillo y rodillo.
Con Adrián satisfecho con sus Reyes, y yo toda la mañana monta y desmonta chismes, llego la hora de bajar tan apretado desayuno a base de tres horas de pedaleo por estas carreras jiennenses, -pos a ello que me he puesto-; salgo con buena temperatura, excelente, con alegría, y buenas intenciones, pero a la de dos horas noto que las fuerzas me van abandonando, no veía la hora de llegar, ha sido un “melocotón” como la copa de un pino, con el 39 y el piñón hasta lo más alto, he llegado a casa –pa morirme-.
Lo de hoy imagino que es fruto de este proceso gripal por el que estoy pasando, mala suerte que haya sido este fin de semana, -mala suerte-.
Mañana si esto no mejora, no saldré ni un solo minuto, me quedare con el Frenadol para ver si me da –subidon subidon-.
Hasta mañana.
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