A las siete de la mañana ya estaba mi fiel compañero de fatigas, Bobas, esperándome en el lugar de costumbre, el cuadernillo decía que había que hacer dos horas de entrenamiento, y meter entre medias unas aceleraciones, para estar preparado para la carrera de mañana en la localidad sevillana de Bormujos, -otra vez a Sevilla-.Hoy he estrenado mis primeras ruedas de tubulares, son los primeros que monto en mi vida, los he pegado yo mismo con la ayuda de unos videos de Youtube, hay gente un poco escéptica a usarlos, les da pánico el pensar que eso se puede salir de la llanta, pero os puedo asegurar que esto no se mueve de aquí ni con una bomba.
Pensaba yo que iba a volar con ellos, -según dice la gente que los tiene-, pero no, hay que darle a los pedales, sino esto no se mueve, jejejej, lo que si que se nota al lanzar la bicicleta es una sensación de velocidad muy agradable, mañana en carrera habrá que ver como se comportan, será su bautismo.
Tanto he querido madrugar esta mañana, que después de comer me he pegado una siesta del quince, no he visto ni el Tour ni la Tar, es cierto eso de que “las mejores siestas son viendo el Tour”.
Las temperaturas siguen igual de altas, sentarse a tomar una cerveza en una terraza de verano, hoy a sido de tontos, ese tímido vientecello calentón te deja el vaso caliente como el de unos caracoles, -que asco-.
Hasta mañana.
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