Lo bueno de hoy, aparte de haber podido entrenar casi dos horas y media, a sido que las previsiones de tormenta se han cumplido y ha caído un buen chaparon que ha refrescado el ambiente, lo malo es que me ha pillado y me ha toca estrujar los calcetines.
Nada mas salir a entrenar veía que la cosa no pintaba muy bien, pero los que montáis en bici como yo, ya sabéis, cuando uno esta entrenando no se da la vuelta hasta que esta bien mojado, es una de esas leyes no escritas del ciclismo, y mira que he dado un pequeño rodeo, pero nada, ha sido inútil, -he pillao-.
Bobas me llamo para ver como ve iba y he pasado a recogerle, después y con algún claro en el cielo hemos podido continuar por el carril bici hasta Los Villares; por allí también nos hemos encontrado a otros que han tenido las luces que nosotros, y es que esta zona es ideal para entrenar cerquita de casa y no aventurarte a que te caiga una “del quince”.
Mañana, si el tiempo sigue igual de fresco, si que haré una sesión de rodillo, tengo ganas de darme una buena machacada, solo espero poder controlar el grifo humano que voy a ser.
Hasta mañana.
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